Posteado por: Andrés | julio 25, 2008

Un cuento griego

Buenas chavalería. A raíz de un post que hizo El Duque sobre las buenas maneras, quiero contaros una típica fábula moralizante, que probablemente no sea griega, pero en la que sus protagonistas son los griegos de la antigüedad clásica. Ahí os va:

Las repúblicas griegas se encontraban reunidas para celebrar los juegos en honor de Zeus y los Olímpicos. El sol brillaba sobre los ceñudos griegos, de ánimos agitados. Un anciano entró en el estadio, encorvado, de huesos doloridos. Acercándose al lugar que ocupaban los atenienses, les pidió que le dejaran un lugar donde sentarse y ellos lo ignoraron.
Apoyándose en su bastón, mareado y con las rodillas temblorosas, el anciano rogó a la delegación de Naxos, de Miconos, de Corinto, de Tira… Y todos le dieron la espalda.
Al fin, el anciano se arrastró hasta la delegación de Esparta. Antes de que pudiera graznar una palabra de súplica, todos los espartanos se levantaron y le dejaron paso. Y el anciano meneó su bastón ante todos, con su voz tronando como el rugido de un león, haciendo temblar las piedras… «¡Todo griego sabe lo que está bien!» gritó, «¡Todo griego losabe, pero solo los espartanos lo han hecho!»

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